Pasos en falso. María Sanz Casares

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Jueves 14 de diciembre de 2017

      El club de
Lectura “Con mucho gusto” celebró en la tarde de ayer la tercera sesión ya con
olor navideño en la que se comentó Pasos en falso, de María Sanz Casares
(Agilice Ediciones, 2016).

Pasos en falso  

           De nuevo el encuentro
de lectores fue con la autora del libro a comentar. María Sanz Casares nos
visitó en la tarde de ayer con éste y algún otro libro suyo, con la intención
de desnudarse ante los lectores, pues como ella confesó, era la primera vez que
presentaba Pasos en falso ante el público.
María es doctora en Filosofía y Letras y profesora de literatura inglesa en la
Universidad de Valladolid; especialmente interesada en el teatro, es también
una incasable viajera y una escritora que se va consolidando a fuerza de
trabajo y tenacidad.

           Pasos en falso es un libro formado por 7 relatos que su autora
concibe como una novela, ya que si bien se pueden leer de forma independiente,
unos se enlazan con otros hasta formar una red de relaciones que los vinculan
en una estructura unitaria mayor que los enmarca. Las relaciones de pareja, la
insatisfacción, la infidelidad o la búsqueda de un sentido al vivir cotidiano
es el eje argumental de las diferentes historias que forman el texto en su conjunto
y que tienen que ver con la capacidad o incapacidad de reacción de cada ser
humano ante la posibilidad de elegir, de romper con el pasado o vivir en él, de
buscar, en definitiva, cierta forma de felicidad. Y de ahí el título, Pasos en
falso, aquellos que de manera a veces inevitable y otras conscientemente damos
en la vida.

Cada uno de los relatos del libro presenta a
los personajes en un momento muy concreto de su vida, en el que  cobra mucho peso la complejidad que la edad y
el paso del tiempo otorga a las relaciones personales; todos son diferentes y
están perfectamente definidos con pocas palabras, ya que bajo un formato de
extensión modesta -el libro es breve-, la autora tiene la habilidad de hacer
que el lector los conozca en profundidad. En este sentido, es reseñable la
prosa fluida, sencilla y clara con la que estos relatos están escritos, en los
que destaca la construcción de los diálogos, de una maestría notable.

Los participantes señalaron la insatisfacción
que como motor narrativo recorre todas las historias; igualmente destacaron las
relaciones sentimentales fracasadas en las que las mujeres, aun siendo jóvenes,
fuertes e incluso independientes no consiguen encontrar la estabilidad debido
en parte al freno que supone la actuación masculina. Y por encima de todas las
causas para el desencuentro, se apuntó a la profunda incomunicación que preside
las relaciones que se muestran en las diferentes historias en su conjunto, pues
en los casos concretos de varios de los relatos lo que subyace es una carencia
de experiencias compartidas que conduce a sus protagonistas a la falta de
comunicación y en consecuencia, al fracaso en las relaciones personales.

Pasos
en falso
se presenta como
una apuesta literaria que conduce al lector a la reflexión de cómo nos
conducimos en la vida a la hora de tomar decisiones y cómo estas determinan en
cierto momento la estabilidad de cada uno, todo ello en una prosa cuya
sencillez no evita la profundidad.

Muchas gracias a María, de nuevo, por su aportación
a nuestras lecturas y feliz Navidad para todos.

La condición animal. Valeria Correa Fiz

Jueves 16 de noviembre de 2017

      El club de
Lectura “Con mucho gusto” celebró en la tarde de ayer la segunda sesión de este
curso en la que se comentó La condición animal, de Valeria Correa
Fiz (Páginas de Espuma, 2016).

La condición animal

           Cuando el autor del
libro que leemos es además el invitado que ilustra y aclara las claves de su
escritura las tardes de tertulia literaria se convierten en reuniones únicas,
pues siempre es una oportunidad de confrontar las diferentes lecturas de un texto
con la intención con las que dicho texto ha sido escrito. Ayer nos visitó con
enorme generosidad Valeria Correa Fiz, escritora argentina afincada en Madrid,
abogada de formación, de recorrido y futuro literarios sólidos –este año ha
sido galardonada con el XI Premio Internacional de Poesía Claudio Rodríguez por
su obra El invierno a deshoras– y con
un serio bagaje profesional en talleres de escritura y coordinación de club de
lectura. Ayer nos explicó las claves de los doce cuentos que conforman La condición animal con la erudición y
profundidad de un maestro y la sencillez de un buen comunicador.

La
condición animal
se
compone de cuatro partes correspondientes a los cuatro elementos de la
Naturaleza: tierra, aire, fuego y agua; cada una de estas partes contiene a su
vez tres cuentos de diversa extensión, forma y contenido en los que, como
explicó su autora, se exploran las aristas del mal con la intención de mostrar
una cartografía del mismo, pero sin olvidar algún componente de bondad en ellos.
En su presentación, Valeria Correa señaló que en su reflexión acerca del mal, interés
quizá debido a su formación de abogada, ha constatado que ni la historia, ni la
filosofía, ni la religión han conseguido ofrecer un concepto unívoco,
consciente de que el sentido y significado del mal son cambiantes en tiempo y
en espacio. “El mal es la ausencia del bien”, dijo San Agustín y citó Valeria
para explicar la composición de los doce relatos de su libro. Remitiéndose a la
filosofía griega, a Protágoras de Platón,
relató cómo en la creación por parte de Zeus al hombre le fueron entregadas la
justicia y la honestidad, valores con los que fue capaz de construir la
sociedad civil y política y en cuya ausencia se hallaría el origen de ese mal
que no podemos definir y que nos acerca a la condición animal.

Los cuentos que forman cada una de las partes
se caracterizan por presentar distintas realizaciones del mal bajo aspectos
animales o en consonancia con ellos, y por ello casi todos en mayor o menor
medida incorporan elementos fantásticos que vienen determinados por la
disposición del lenguaje: cambios de voz narradora, de focalización, de formas
de representar imágenes, de maneras de explicitar o insinuar el misterio, el miedo,
la locura o la perturbación en los personajes. Distintas técnicas narrativas
que utiliza la autora como un orfebre para componer esa cartografía del mal en
la que la exploración de las posibilidades de la expresión otorga excelencia al
conjunto. Esta maestría formal fue ampliamente reconocida, aun asumiendo la
profundidad y a veces dificultad que puede otorgar al contenido en alguno de
los cuentos analizados.

En cuanto a los lectores, las interpretaciones
de unos y otros fueron muy dispares, dependiendo de la lectura realizada por
cada uno. Varios señalaron la perturbación que provoca la lectura de este
libro, así como la dureza de su contenido; otros advirtieron la importancia de
los elementos fantásticos que poseen algunos de los relatos, en unos más determinantes
que en otros, en la línea genérica de lo “neofantástico”, que entronca con otras
clasificaciones como la de lo fantástico verosímil. En este sentido fue
interesante el debate que en torno a los límites de la realidad, lo verosímil y
lo fantástico estamos preparados para asumir como lectores, regulado por la
tradición literaria y por los gustos personales de cada lector.

Para concluir la sesión, la autora nos ofreció
una última interpretación del libro señalando la crítica a la sociedad como
parte de la intención al escribirlo, puesto que todo el mal mostrado en sus
páginas deriva de la falta de algo que impide que los hombres se distancien de
su condición animal. Por la profundidad de sus palabras y por la excelencia de
su escritura ayer nos distanciamos de la condición animal para acercarnos al
arte que separa al hombre del resto de seres vivos.

Gracias a Valeria Correa
por la generosidad en tiempo y en contenido con la que nos acompañó ayer.

La amiga estupenda. Elena Ferrante

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Jueves 18 de mayo de 2017

En el nuevo encuentro de esta edición
del club de Lectura “Con mucho gusto” el texto a comentar fue La amiga estupenda, de Elena Ferrante (Lumen,
2011).

La
amiga estupenda                                                                                  

Como
siempre, Lila se pasa, he pensé.

   Estaba ampliando hasta la
exageración el concepto de rastro. No solo quería desaparecer ella, ahora, con
sesenta y seis años, sino borrar además toda la vida que había dejado a su
espalda.

   Me dio mucha rabia.

   Veremos quién se sale con la
suya, me dije. Fue entonces cuando encendí el ordenador y me puse a escribir
hasta el último detalle de nuestra historia, todo lo que quedó grabado en la
memoria”.

 

         De esta forma se abre
ante el lector una de las novelas más exitosas de los últimos años, firmada por
Elena Ferrante -seudónimo de la escritora y traductora italiana Anita Raja como
ella misma declaró recientemente en Twitter-, y primera de la tetralogía Dos amigas, que ha cautivado a gran
número de lectores de todo el mundo. Ayer Victoria González Riopedre fue la
responsable de su comentario. Victoria es funcionaria del Estado recién
jubilada a la que le absorben varias de sus actuales aficiones: viaja, está
aprendiendo a tocar el acordeón, y sobre todo lee. Dado que su vida profesional
se ha enfocado a la informática, empezó su intervención afirmando que lee por
sentimientos y valora cada texto en función de sus gustos personales, no bajo
parámetros científicos de la literatura. La lectura de La amiga estupenda le suscitó varios interrogantes: en qué grado es
autobiográfica y si es de autoría masculina o femenina, teniendo en cuenta que
hasta hace escaso tiempo no se sabía quién era Elena Ferrante. Y demostró ayer
que lo suyo con la literatura es algo más que afición.

         La amiga estupenda se centra en el
recuerdo que Lenù (Elena Greco) con motivo de la desaparición de su amiga Lila
(Raffaella Cerullo) conserva de una amistad que se inicia en la infancia y
llega hasta el momento de la escritura cuando tienen sesenta y seis años. En las
páginas de la novela Lenù evoca con precisión los primeros pasos de las dos
amigas, nacidas en 1944, hasta el final de la adolescencia en un barrio pobre
de Nápoles. Lila aparece ante el lector a través de los ojos de Lenù como una
persona fuerte, decidida, inteligente que sin embargo no conseguirá seguir
estudiando y finalizará esta primera parte con su temprana boda mientas que
Lenù, aun sintiéndose inferior y muy condicionada por Lila, seguirá con sus
estudios hasta conseguir metas de carácter intelectual difíciles en las
condiciones de vida en las que a ambas les toca vivir. Su relación será de
amistad, pero condicionada por la competitividad, los celos, y las constantes
variaciones que ambas experimentan durante esos primeros años derivadas de sus
propias capacidades y determinadas por las oportunidades de cada una. La
familia y la escuela, con sus métodos didácticos, son descritas con exactitud y
son el eje sobre el que gravita la vida de las dos amigas.

         Victoria
en su presentación señaló cómo la vida que se retrata en estas páginas, con la
dureza que otorga la pobreza, que provoca incultura, el difícil acceso a los
estudios o la violencia puede ser reflejo no sólo de un barrio napolitano de
mediados de siglo XX sino de otros muchos barrios de otros tantos lugares, definidos
por la necesidad.

         Desde
el punto de vista literario, la novela está escrita en primera persona; se
trata de un único punto de vista interno en el que todos los acontecimientos,
personajes y espacios están evocados a través de los recuerdos y la voz del
personaje de Lunú en su afán de relatar su relación con Lila. En los
comentarios de los participantes se señaló que se trata de una novela de
aprendizaje en la que vemos la evolución de las dos amigas desde la infancia
hasta el final de la adolescencia desde todos los puntos de vista: desarrollo
físico, emocional, afectivo y social en los que la familia, la escuela y el
entorno resultan determinantes. La autora ha encontrado la voz y ha tenido el
acierto de mostrar con escasas concesiones a los momentos felices, las
transformaciones que estos dos personajes van experimentando en su recorrido
vital con todos sus matices. Por eso, esta historia y su forma de ser narrada
se han relacionado con un nuevo neorrealismo, que procedente de la
cinematografía italiana de mediados del siglo pasado, muestra especial
motivación en presentar la realidad triste y gris del género humano con
objetividad. En el caso de La amiga
estupenda
, las difíciles condiciones de vida del barrio en el que Lila y
Lenù se desarrollan están moldeadas con un estilo sencillo pero seco, sin
licencias sentimentales, en el que sobresale la descripción de los espacios en
los que late la vida de sus habitantes.

         La amiga estupenda inicia una tetralogía
que da cuenta de una experiencia vital, la de dos mujeres y su desarrollo hasta
la edad adulta, en la que su autora ha desplegado un estilo literario de gran
calidad y un trasfondo argumental esencialmente humano. Victoria ayer nos la
trajo a los lectores con la invitación a leerla completa, ya que en esta
primera parte se demuestra que en ocasiones, la calidad no está reñida con el
éxito.

El futuro llega hoy al mediodía. Eva Ortiz Aguado

Jueves 19 de enero de 2017

Comienzo
de año y nueva sesión del club de Lectura “Con mucho gusto” con la novela El futuro llega hoy al mediodía, de Eva
Ortiz Aguado (Editorial Amarante, 2016).

El futuro llega hoy al mediodía

Es gratificante cuando un miembro
del club de lectura es además el autor de la obra a comentar, y esa
circunstancia tuvo lugar ayer tarde cuando Eva Ortiz vino a compartir su novela
con todos nosotros.

Eva es estudiante del Grado
de Español en la Universidad de Valladolid, lectora voraz y muy inquieta desde
el punto de vista cultural como quedó plasmado en sus palabras iniciales al
recordar sus lecturas desde la infancia y su relación no sólo con la literatura,
sino también con otras artes como la música -toca la guitarra clásica y está
aprendiendo a tocar la mandolina-, o con el cine. De familia de profesores,
desde niña ha vivido en un ambiente culturalmente tan activo, que Eva se
presenta como un raro ejemplar dada su juventud, que destaca entre los de su
generación, pues estas aficiones las concretó en su entusiasmo por la música
barroca o por la ópera, así como por la literatura francesa y la fotografía.
Eva señaló su afición a la escritura desde muy niña y fue reseñando muchos de
sus escritos infantiles y aquellos producidos ya en la adolescencia. Y fruto de
éstos nace la novela que ha visto publicada en papel y con la que vino ayer al
club.

El
futuro llega hoy al mediodía
es una novela cuya gestación se remonta
a sus años de adolescencia (nos enseñó el manuscrito en varios cuadernos), pero
que está transformada en un texto maduro y de no fácil acceso, como ayer se
señaló en varias ocasiones. ¿De qué va? Se preguntó ayer en varias ocasiones
alguno de los presentes. Se trata, a grandes rasgos, del viaje (cuya referencia
es la Eneida) que emprende el protagonista y narrador de la obra, Lewis Keen a
lo largo de un espacio geográfico muy pequeño, quizá un kilómetro de su casa, pero
rico en encuentros y situaciones con los más diversos y pintorescos personajes.
En este suceder de choques, el personaje va conociendo distintas formas de
estar y sentir sin dejar de reseñar en todo momento las impresiones que cada
caso y situación provocan en sí mismo. Se trata, sin duda, de una obra difícil
de clasificar porque su discurrir no es lineal, es imprecisa temporal y
espacialmente y su presentación es escénica y muy cinematográfica, sin olvidar
la extrañeza que al lector común le puede causar el observar una galería de
personajes y situaciones fuera de lo habitual en la narrativa de consumo
general. Se trata de un texto dotado de enorme imaginación y lo que es más
importante, magníficamente escrito con una forma especialmente habilidosa para
el humor porque si algo destaca en la novela es su altísima carga de humor, muy
bien dosificado entre sus páginas.

Los asistentes a la reunión
de ayer mostraron diversas posturas ante la novela. Uno de los comentarios más
compartidos fue la densidad de la obra y en consecuencia, la dificultad de su
lectura. Es indudable que se trata de una obra de lectura exigente por lo que
hemos señalado más arriba, pero también eso es lo que la convierte en un texto
interesante; junto a esa dificultad se señaló la capacidad de Eva, sobre todo
porque sorprende que una novela de estas características haya sido escrita por
alguien tan joven. Hubo también los que afirmaron no haber conectado con la
historia que en ella se cuenta y por lo tanto afirmaron que no les había gustado
y otros que prometieron un relectura para saborear en toda su extensión la
novela, una vez que la autora explicó su gestación e intenciones.

Mucho más se dijo, pero en
estas líneas solo reseñamos un esbozo de por dónde transcurrió la sesión. En
cuanto a quien estas líneas escribe, quiero en esta ocasión apuntar algo más.
Es destacable que una estudiante joven se lance a publicar una novela tras mucho
escrito a lo largo de su vida; es también un acierto que una editorial haya
valorado el texto y decida publicarlo; es positivo que con El futuro llega hoy al mediodía el lector que menos ha disfrutado al
menos se ha reído, y es valiente someterla a juicio en un club de lectura. Pero
sobre todas estas circunstancias, destaco que en la escritura de Eva Ortiz se
haya un potencial que ya se hace del todo visible en esta novela. La juventud
de la autora y la madurez de su escritura no hace sino confirmar una excelente
formación, una gran tenacidad y esfuerzo, una desbordante imaginación y la
promesa de futuras alegrías literarias. Para mí fue lectura gozosa, humorística
y brillante.

Referencias musicales de la novela

Perfil de la autora en Flikr

Los Desorientados. Amin Maalouf

Jueves 15 de diciembre de 2016

En
el tercer encuentro de esta edición del club de Lectura “Con mucho gusto” el
texto a comentar fue Los desorientados,
de Amin Maalouf (Alianza,2012).

Los desorientados

Hay
ocasiones en las que un libro, del género que sea, influye en el lector de
forma más profunda que otros, debido en parte a los gustos personales, pero
también a las características del propio texto. Y eso es precisamente lo que
movió a Mercedes Rodríguez Pequeño a elegir Los
desorientados
sin vacilación cuando el Club le propuso que viniera a
presentar un libro. La mucha lectura y el constante estudio de los principios
que sostienen el arte literario, ambas presentes en Mercedes como profesora de
Teoría de la Literatura con amplísima experiencia, no le han restado capacidad
de sorpresa, de admiración y de emoción ante una novela que como ella misma
señaló, tiene más que ver con lo profundo del ser humano que con la acción
externa que rige muchas de las tramas de la narrativa actual.

El
escritor libanés afincado en Francia Amín Maalouf, después de una exitosa
carrera literaria ampliamente reconocida, publica en 2012 la novela que comentamos,
Los desorientados, de tintes
autobiográficos y muy conectada con los males que asolan el mundo contemporáneo.
La trama es aparentemente sencilla: ante la proximidad del fallecimiento de un
amigo de juventud Adam, profesor de historia en París decide volver a su país
natal tras 25 años de ausencia por la guerra que en los setenta asoló esa
tierra, atendiendo al aviso de la esposa de su amigo. A su llegada el amigo ha
fallecido, pero el reencuentro con la geografía física y emocional de su tierra
natal y la nostalgia del tiempo pasado le animan a convocar un encuentro con los
que fueron y son sus amigos en sus años de estudiante y cuya huella sigue muy
presente. A partir de aquí la novela alterna distintos discursos entre los que
sobresale el epistolar, en las cartas que Adam envía a sus antiguos amigos para
convocarlos a dicho encuentro y en las respuestas de estos, el diario del
propio Adam y la voz de un narrador omnisciente que sitúa en espacio y tiempo
los días en los que se desarrolla la historia.

En
su presentación Mercedes señaló que lo predominante en este texto es el
análisis de los comportamientos y de los sentimientos, ya que es una novela que
habla de las diferencias, de la culpa, de los fanatismos, de la religión pero
también de la tolerancia, de la amistad, del amor y de la belleza, en
definitiva de la vida. Cada uno de los amigos que son reclamados por Adam
presenta unas características muy particulares que vienen determinadas por su
bagaje vital; de ahí que se analice la trayectoria de quienes se quedaron en el
país -Líbano nunca mencionado en las páginas del texto-, los que tuvieron que
huir y se asentaron en distintos lugares del mundo, los que se apartaron de
forma espiritual aunque no física, los que se perdieron en corrupciones y en luchas
radicalizadas, y las mujeres, estas sí, presentes y determinantes en la
trayectoria de los amigos… En todos los casos se habla de pérdidas, de la vida
como una prueba ante las pérdidas de diferente tipo que todo ser humano
experimenta a lo largo de su biografía y que son determinantes en lo que
finalmente somos y cómo nos comportamos. Y como señaló Mercedes, sin que el
autor ofrezca solución alguna puesto que en la novela presenta conductas
profundamente humanas ante las dificultades, pero no toma partido ofreciendo al
lector una ventana abierta a la reflexión.

Los
participantes de ayer hicieron referencia a muchos pasajes concretos de la
obra, al análisis de los distintos personajes y sus circunstancias, al
inevitable final de la novela, a la memoria de las emociones que sustenta el
relato, a la sintonía con el protagonista que necesita escribir para pensar,
sin olvidar también los nombres que otorgan la identidad siendo Adam humanidad
naciente y extinguida. Y los “desorientados” que da título a la novela que hace
referencia a los que se fueron, a los que se sienten culpables y extraños por
el abandono de la patria, pero también a aquellos que forman parte de una
generación que se perdió por la guerra.

Novela
de emociones, intensa, que invita al lector a implicarse, a replantearse muchas
cuestiones vitales que vemos en el mundo actual y que ayer Mercedes Rodríguez
Pequeño nos sirvió generosamente para deleite literario y reflexión navideña,
ahora que se nos echó encima.