¿Por qué no voy a un club de lectura?

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  • Porque no me gusta leer
  • Porque no tengo tiempo, ni para leer ni para asistir al club
  • Porque no me gusta hablar en público
  • Porque no me gusta leer por obligación
  • Porque me da vergüenza compartir mis opiniones
  • Porque el debate puede ser muy elevado para mí
  • Por pereza
  • Porque me parecen aburridos
  • Porque tengo cosas más interesantes y divertidas que hacer
  • ¿… / …?

Ya dicen las encuestas que los españoles leemos poco.

Y tú ¿por qué no te apuntarías nunca a un club de lectura?

Atento a este blog porque en breve vamos a intentar hacerte cambiar de opinión…

Photo by Corey Blaz on Unsplash

Cementerio del Carmen, Valladolid

Lo bueno de tener un grupo lector tan participativo es que, en cuanto sale una propuesta de visita o actividad cultural, nos apuntamos rápidamente.

Esto es lo que ha pasado con el ofrecimiento que recibimos de Jesús Anta Roca, nuestro invitado del pasado mes de marzo, para visitar el Cementerio del Carmen.

Jesús es un investigador y escritor de todo aquello que atañe a la historia de Valladolid y provincia. No es extraño verle implicado en diversos movimientos sociales y culturales de la ciudad. En este caso, como miembro de la Asociación vecinal del Barrio Belén, participa voluntariamente en visitas guiadas al cementerio, explicando datos históricos y curiosidades de algunas tumbas, panteones, esculturas, personajes y del camposanto en general.

Nosotros disfrutamos de su charla en la mañana del domingo 17 de junio.

Fue un recorrido muy interesante y desde aquí queremos agradecérselo públicamente.

La carretera. Cormac McCarthy

Jueves
14 de junio de 2018

           En la última sesión de esta sexta edición del club de
lectura “Con mucho gusto” hemos leído y comentado La carretera, de Cormac
McCarthy (2006).

La
carretera

           Emiliano Hernández, trabajador en la biblioteca de la Escuela de Ingenierías Industriales (Paseo del Cauce) de la Universidad de Valladolid, fue el invitado que
eligió La carretera, última novela
del escritor norteamericano Cormac McCarthy, premiada con el premio Pulitzer 2007.
Aunque la afición de Emiliano por la novela negra es notoria, en esta ocasión
quiso que comentáramos una novela que poco a poco y desde su publicación se ha
ido convirtiendo en un clásico de la literatura norteamericana y posiblemente
universal, como también así es reconocido su autor. Como explicó en su
presentación, se trata de una desoladora novela en la que, tras lo que parece un
cataclismo en la tierra, un padre y su hijo de 8 años emprenden un viaje por
carretera hacia el sur en busca del mar; cargan mochilas y un carrito de la
compra en el que llevan sus escasas pertenencias. El mundo ha muerto para dar
paso a otro en el que no quedan más que cenizas y frío y en el que el hombre
tiene que demostrar su capacidad para sobrevivir tanto desde el punto de vista
esencial -alimento y abrigo-, como de defensa, pues parte de los supervivientes
de la catástrofe se han hecho caníbales. En este desolado cuadro, el padre y el
hijo (ambos sin nombre propio) vagan rumbo al sur en un viaje sin esperanza ni
solución; solo el amor y su destreza los mantienen vivos.

           La novela aparece sin capítulos ni marcas y se llena de
descripciones hiperrealistas que dejan constancia de un escenario cerrado y
apocalíptico de miedo y desolación en el que predominan el negro y el gris; se
trata de un paisaje arrasado y frío en el que el padre enseña a su hijo cómo
debe ser a pesar de haber abandonado toda esperanza y fe en el hombre, en el
futuro y en Dios. Desde el punto de vista formal, la descripción de cómo
sobrevivir en condiciones extremas predomina sobre la acción. La técnica
narrativa de McCarthy es seca, concisa, precisa y poética, apoyada en frases
cortas y ritmo rápido y en este sentido críticos y lectores lo consideran uno
de los mejores escritores de la narrativa contemporánea y lo emparentan frecuentemente
con otro grande de las letras norteamericanas como William Faulkner.

           Con todo, el texto pone ante el lector el amor entre el
padre y el hijo, y aunque predomina la narración y descripción sobre el diálogo,
que es escaso, es en aquellos en los que la novela adquiere una fuerza
sobrecogedora:

¿Nos vamos a morir?

Algún día. Pero no ahora.

Y todavía vamos hacia el sur.

Sí.

Para no pasar frío.

Así es.

Vale.

¿Vale qué?

Nada. Solo vale.

Duérmete.

Vale.

Voy a apagar la luz. ¿De acuerdo?

De acuerdo.

Y luego, ya a oscuras: ¿Puedo preguntarte
algo?

Naturalmente.

¿Qué harías si yo muriera?

Si tú murieras yo también querría morirme.

¿Para poder estar conmigo?

Sí. Para poder estar contigo.

Vale.

            Los comentarios de los presentes en la tarde de ayer
apuntaron la dureza del texto y las diversas interpretaciones que puede albergar
en sus páginas, incluida aquella que lo vincula con el sentido último de la
existencia de Dios o con otras muchas distopías literarias y también visuales
que nos advierten de los peligros de aniquilación de las sociedades tal y como
ahora están concebidas.

           Finalizo también breve y concisa: una gran lectura, una
interesantísima presentación y una literatura para reflexionar.

Al
terminar esta sexta edición, nuestro más sincero agradecimiento a los invitados
que generosamente nos ilustraron las lecturas y a los miembros del club de
lectura que siempre lo hacen posible. Feliz verano.

La historia de tu vida. Ted Chiang

Jueves
17 de mayo de 2018

           El
club de lectura “Con mucho gusto” dedicó una de sus sesiones al género de la
Ciencia Ficción con La historia de tu vida, de Ted Chiang (Alamut Ediciones,
2015).

La
historia de tu vida

            Paulo
Daniel Camodeca, doctorando de la Universidad de Valladolid y amante de la
ciencia ficción, propuso una obra del género: La historia de tu vida, de Ted Chiang. Riesgo que corrió por su
cuenta dado que se trataba de un autor nada aclamado, una obra sin apenas
trascendencia y un género literario un tanto minoritario. Según explicó el
invitado del mes, la obra sí tuvo cierta repercusión en el medio
cinematográfico que ya ha hecho tres películas de alto presupuesto adaptando
solamente dos cuentos. Con este somero preámbulo y sin demasiados biografismos
dio comienzo el viaje a través de las páginas del libro escogido. Libros de
papel y máquinas de tinta electrónica que, por fortuna, no se revelaron.

La historia de tu vida
es una colección de ocho relatos con longitudes que van desde el microrrelato a
la nouvelle y que exploran géneros
como la ciencia ficción y la historia especulativa. La sesión, para sorpresa de
todos los biblionautas presentes, no comenzó con grandes halagos al libro y sus
relatos. De hecho, se animó al público a criticar algo de la escritura un tanto
robótica del autor. Se mencionó la falta de maestría literaria en los textos,
la excesiva precisión científica de algunos relatos y la comparecencia de personajes
y tramas desaprovechadas.

Esto
fomentó un espacio de debate donde, afortunadamente, no todos fueron intentos
de quemar el libro ataviados de bomberos. Se rescataron algunos textos. Después
de todo, las producciones de Hollywood vieron algo en algunos relatos y, a
pesar del buen gusto, no todas estas películas son tan superficiales como
parecen. Así, se alabaron algunos cuentos y otros aspectos. Las ideas del libro
que parecen provenir del futuro, como toda ciencia ficción que se precie, se
hicieron presentes y realzaron un poco la obra.

Reescrituras
de las sagradas escrituras, inteligencias sobrehumanas que relatan un cuento en
presente, lenguajes alienígenas que moldean el pensamiento a lo Sapir-Whorf,
sociedades retrofuturistas donde el mito, la religión y la ciencia conviven y
hasta distopías donde existen pruebas indubitables de Dios. Este microcosmos
nos llevó al universo de la ciencia ficción, a debates puramente literarios e
incluso a discutir sobre la vida tecnificada actual.

Aquellos
que disfrutamos de este viaje literario podremos legarlo a nuestros hijos o
androides o replicantes. ¿Quién sabe qué aguarda en el futuro? Quizá ya haya
acertado algún otro libro de ciencia ficción.

Por
Paulo Camodeca

Dejar la piel. Lorenzo Oliván

Jueves 19 de abril de 2018

      El club de
Lectura “Con mucho gusto” ha comenzado sus sesiones de primavera con Dejar la piel, de Lorenzo Oliván
(Pre-Textos, 2017).

Dejar la piel

           Pedro Conde Parrado,
profesor de Filología Latina y experto en las relaciones del mundo clásico con
nuestros autores áureos, quiso huir de lo obvio y de lo previsible de acuerdo a
su perfil cuando a la llamada del club de lectura eligió Dejar la piel, de Lorenzo Oliván para comentarlo en la tarde de
ayer. Difícil elección porque una antología de textos breves, o aforismos, o
“fragmentos” como los denomina Oliván, no suele ser lectura habitual de clubes
de lectura. Por ello, tanto para Pedro como para nosotros los lectores el
análisis y comentario de Dejar la piel
era una experiencia nueva y sin duda original. En su presentación, con
habilidad de sobresaliente comunicador, Pedro Conde esbozó el semblante
biográfico de Lorenzo Oliván y su relación con grupos de notables escritores en
la ciudad de Oviedo, así como con la generación de escritores reunidos en torno
a la labor cultural del crítico José Luis García Martín, artífice, entre otros
muchos logros, de la creación de la revista Clarín, en la que el aforismo y
otras formas breves de escritura tienen amplia cabida.

En cuanto a Dejar la piel, se trata de una antología en la que el autor muestra
una serie de aforismos que destacan por dos elementos: la capacidad de síntesis
y su alto valor poético. Llama la atención la visión inteligente y profunda de
la realidad que revelan los textos en los que subyace, y ahí parte de su valor,
una profunda reflexión acerca del lenguaje poético y sus posibilidades. En
alguno de los aforismos de Olivan la connotación y capacidad plurisignificativa
del lenguaje utilizado alcanza altísimas cotas de perfección, demostrando sin
duda que la permeabilidad formal del pensar en breve amplia la significación y
sentido de la realidad denotada en el texto. De ahí que los autores de
aforismos recurran, con maestría en el caso que nos ocupa, al uso infinito de
todo el repertorio de figuras retóricas explorando todas sus posibilidades.

           Conectado con la
máxima o la sentencia clásicas y con las greguerías de Ramón Gómez de la Serna,
el aforismo vive una época dorada debido en parte a la moda literaria por lo
fragmentario, por la escritura como puzle en la que el lector debe implicarse
activamente para conectar con el sentido último del mensaje trasmitido. Y en
este sentido, Pedro reseñó un catálogo bibliográfico destacable y actual del
género, entre los que destaco Pensar por
lo breve. Aforística española de entresiglos (1980-2012)
, de José Ramón
González García (Trea, 2013).

           La lectura de un
libro de aforismos, además de una novedad como antes señalé, supone casi
inevitablemente una tarea se selección que ayer se puso de manifiesto cuando
varios de los participantes eligieron unos u otros en función de su conexión
personal con significado y significante. Por ello, más allá de la imprecisión
genérica del aforismo, su lectura implica de manera muy directa al receptor,
del que descubre gustos y carácter.

           Mucho más se comentó
que queda en la memoria de quienes disfrutamos no sólo de los textos de Oliván
sino del magisterio de Pedro, al que en estas líneas agradecemos una propuesta
tan original.