Dejar la piel. Lorenzo Oliván

Jueves 19 de abril de 2018

      El club de
Lectura “Con mucho gusto” ha comenzado sus sesiones de primavera con Dejar la piel, de Lorenzo Oliván
(Pre-Textos, 2017).

Dejar la piel

           Pedro Conde Parrado,
profesor de Filología Latina y experto en las relaciones del mundo clásico con
nuestros autores áureos, quiso huir de lo obvio y de lo previsible de acuerdo a
su perfil cuando a la llamada del club de lectura eligió Dejar la piel, de Lorenzo Oliván para comentarlo en la tarde de
ayer. Difícil elección porque una antología de textos breves, o aforismos, o
“fragmentos” como los denomina Oliván, no suele ser lectura habitual de clubes
de lectura. Por ello, tanto para Pedro como para nosotros los lectores el
análisis y comentario de Dejar la piel
era una experiencia nueva y sin duda original. En su presentación, con
habilidad de sobresaliente comunicador, Pedro Conde esbozó el semblante
biográfico de Lorenzo Oliván y su relación con grupos de notables escritores en
la ciudad de Oviedo, así como con la generación de escritores reunidos en torno
a la labor cultural del crítico José Luis García Martín, artífice, entre otros
muchos logros, de la creación de la revista Clarín, en la que el aforismo y
otras formas breves de escritura tienen amplia cabida.

En cuanto a Dejar la piel, se trata de una antología en la que el autor muestra
una serie de aforismos que destacan por dos elementos: la capacidad de síntesis
y su alto valor poético. Llama la atención la visión inteligente y profunda de
la realidad que revelan los textos en los que subyace, y ahí parte de su valor,
una profunda reflexión acerca del lenguaje poético y sus posibilidades. En
alguno de los aforismos de Olivan la connotación y capacidad plurisignificativa
del lenguaje utilizado alcanza altísimas cotas de perfección, demostrando sin
duda que la permeabilidad formal del pensar en breve amplia la significación y
sentido de la realidad denotada en el texto. De ahí que los autores de
aforismos recurran, con maestría en el caso que nos ocupa, al uso infinito de
todo el repertorio de figuras retóricas explorando todas sus posibilidades.

           Conectado con la
máxima o la sentencia clásicas y con las greguerías de Ramón Gómez de la Serna,
el aforismo vive una época dorada debido en parte a la moda literaria por lo
fragmentario, por la escritura como puzle en la que el lector debe implicarse
activamente para conectar con el sentido último del mensaje trasmitido. Y en
este sentido, Pedro reseñó un catálogo bibliográfico destacable y actual del
género, entre los que destaco Pensar por
lo breve. Aforística española de entresiglos (1980-2012)
, de José Ramón
González García (Trea, 2013).

           La lectura de un
libro de aforismos, además de una novedad como antes señalé, supone casi
inevitablemente una tarea se selección que ayer se puso de manifiesto cuando
varios de los participantes eligieron unos u otros en función de su conexión
personal con significado y significante. Por ello, más allá de la imprecisión
genérica del aforismo, su lectura implica de manera muy directa al receptor,
del que descubre gustos y carácter.

           Mucho más se comentó
que queda en la memoria de quienes disfrutamos no sólo de los textos de Oliván
sino del magisterio de Pedro, al que en estas líneas agradecemos una propuesta
tan original.