El guardián entre el centeno. J.D. Salinger

Jueves 15 de febrero de 2018

      El club de
Lectura “Con mucho gusto” celebró en la tarde de ayer la sesión de este mes de
febrero en la que se comentó El guardián entre el centeno, de J. D.
Salinger (The Catcher in the Rye,
1951).

El guardián entre el centeno  

           Un
club de lectura no siempre descubre a nuevos autores u obras, a veces atiende a
relecturas y nuevas interpretaciones de lo ya visitado en otras épocas, y eso
es lo que llevó al invitado de ayer, Víctor M. del Pozo, a elegir esta obra de
Salinger. Víctor es ingeniero informático, becario en el STIC de la Universidad
de Valladolid y escritor ya consolidado como lo muestra, entre otras, su
magnífica novela El sillón del diablo
(Glyphos Publicaciones, 2016). Ayer, sin embargo, acudió a nuestra llamada con El guardián entre el centeno, pues como
señaló en su clarificadora presentación, era una novela leída con anterioridad
y cuyo acercamiento en el momento actual le había aportado nuevas perspectivas
de lectura.

           El guardián entre el centeno es una de
esas novelas que poco a poco se han ido forjando cierta canonicidad convirtiéndose
en un clásico de la literatura norteamericana del siglo XX. Concebida en origen
como un relato, la anécdota de su protagonista, Holden Cauldfield, de tan solo
16 años, ha ido llenando espacios emocionales y geográficos de la adolescencia
hasta convertirse en la novela hoy por muchos admirada y encumbrada como
símbolo de rebeldía juvenil. Holden es un muchacho conflictivo cuya incapacidad
para crecer lo sitúa al margen de las normas; expulsado de varios internados,
marcado por la ausencia de una sólida estructura familiar y sobre todo por la
muerte de su hermano, emprende una breve huida por Nueva York en la que se
mostrará en todas sus facetas el hecho de ser adolescente y no asumir las
responsabilidades que el paso a la madurez obliga en el crecimiento de todos
nosotros. Esta es, probablemente, la verdadera razón de la atracción que aun
hoy provoca a sus numerosos lectores, que tiene que ver con la imposibilidad de
adaptación en esa edad en la que se es todavía extremadamente vulnerable. Y en
este sentido ayer Víctor desveló algunas claves de lectura.

           Por
un lado, al hablar de esta obra es inevitable remitirse a la propia biografía
de J. D. Salinger (1909-1910), un escritor que después de participar en la
Segunda Guerra mundial, en concreto en Normandía, se torna oscuro, introvertido
y difícil y cuyo espejo ficcional en muchas de las afirmaciones de Holden es
evidente. Como afirma su biógrafo Kenneth Slawenski, autor de J.D. Salinger,
una vida oculta
(2010, Galaxia
Gutenberg/Círculo de Lectores, 2011) en una entrevista a La Nación revista:

 "Holden Caulfield era un reflejo de su
creador en muchos sentidos. El mismo Salinger lo admitía. Es natural que haya
recurrido a sus propias experiencias, utilizando sus propias ansiedades y
sentimientos de alienación para construir el personaje de Holden. Salinger tuvo
dificultades para adaptarse a la sociedad civil después de la guerra. Usó esos
sentimientos para retratar las dificultades de Holden para encajar en el mundo
adulto. Es por eso que el personaje de Holden se siente tan real para los
lectores. Era un rediseño de la propia realidad de Salinger, un eco de la
propia experiencia del autor"

Muchas de estas cuestiones han sido llevadas a
la pantalla en una película basada a su vez en la biografía de Slawenski, Rebel
in the Rye
,
de Danny Strong,
estrenada en septiembre de 2017.

Por otro lado, la novela es atemporal, hecho
que tiene que ver en última instancia con la asunción por parte del autor de un
lenguaje directo, de marcado sesgo adolescente, inundado de símbolos y
metáforas, con una inmensa variedad léxica y sobre todo, con una poderosa voz
narradora, la del propio Holden, que a modo de narrador oral “Si de verdad les
interesa lo que voy a contarles…” se dirige a los lectores para desvelar los
secretos del ser adolescente, y serlo de forma inadaptada. Todo un logro.  

           Los
miembros que participaron en el encuentro de ayer sugirieron distintas lecturas
e interpretaciones, ya que varios de ellos era la primera vez que leían la obra
y otros tantos no recordaban lo que leyeron en su momento, de manera que para
casi todos era una primera lectura. Se apuntó una clasificación genérica como
novela de aprendizaje, también contempló el relato de Holden como un breve
paréntesis en la vida de un chico que juega por un tiempo a ser otro; algunos comentaron
la posibilidad de ver en Holden a un muchacho trastornado o simplemente snob,
pero todos, a pesar de denunciar los fallos de traducción, vieron en la obra un
alarde formal porque sin duda El guardián
entre el centeno
no sería lo mismo con otro tono y otra voz narradora.

           Y
como la tertulia se tornó muy viva, hubo también espacio para comentar algunas cuestiones
con más detalle como la relación del protagonista con sus hermanos, a los que
adora, el papel de su hermana pequeña o el final de su peripecia, un final que
ayer calificaron de distópico porque va a volver al mundo real tras ese ser
otro.

           El guardián entre el centeno sigue por
tanto su andadura literaria y ayer Víctor nos lo trajo vivo y abierto a nuevas
lecturas o relecturas, según el caso. Agradeciendo a Víctor su compañía y buen
hacer, queda pendiente algún comentario de quien ayer no pudo pero que sin duda
nos enriquecerá en el futuro.