La corrosión del carácter. Richard Sennett

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Jueves 26 de marzo de 2014

Una nueva cita, aplazada una semana, de los participantes del Club de lectura Con mucho gusto de la Universidad de Valladolid, con sede en la Biblioteca Reina Sofía, tuvo lugar en la tarde de ayer en la que el libro a comentar fue La corrosión del carácter, de Richard Sennett, propuesto por Cayo Sastre.

La corrosión del carácter

Cayo  Sastre es profesor de Sociología en la facultad de Económicas de la Universidad de Valladolid, director del año 2000 al 2005 del Centro de Investigaciones Sociológicas, y autor, entre otros, de Mc Mundo. Un viaje por la sociedad de consumo (2010), y por sus intereses profesionales y por la propia actualidad del texto eligió La corrosión del carácter (1998), de Richard Sennett para comentar.

La corrosión del carácter, Premio Europa de Sociología, que tuvo una extraordinaria acogida internacional, es un ensayo socioeconómico (por primera vez en el Club de lectura comentamos un ensayo y eso hace que la lectura sea distinta a las aproximaciones a textos literarios) escrito por Richard Sennett (Chicago, 1943),  afamado sociólogo conocido, entre otros temas, por sus estudios acerca de la influencia del trabajo en el individuo y la sociedad dentro de lo que él mismo califica como “cultura material”, y en concreto, por su análisis de la incidencia del capitalismo en la vida y trabajo de los seres humanos.

Cayo Sastre comenzó su intervención avanzando algunas premisas y temas a comentar: se trata de un texto escrito en 1998 y sin embargo, de gran vigencia en el momento socioeconómico actual; por otro lado, es discutible la premisa que parece que preside la teoría de Sennett “El capitalismo destruye el carácter”, ya que el texto presenta alguna “trampa” para intentar adscribir al lector a dicho principio. Por otro lado, dado que el tema principal del libro tiene que ver con el funcionamiento de la sociedad moderna, es un texto que inevitablemente mantiene el interés del lector, aspecto al que se unen otros elementos atractivos, como el hecho de estar magníficamente escrito, ser muy ameno y breve.

El tratado de Sennett analiza los cambios que la nueva economía provoca en el hombre y en  su carácter. En evidente que estamos asistiendo a un mundo nuevo en el que todo es o se percibe como cambiante, sumamente flexible, “líquido”, y en este escenario están transformándose continuamente las estructuras laborales y personales de los participantes de esta nueva forma de concebir el mundo. Frente a un mundo estable, en el que las relaciones laborales se establecen bajo cierta permanencia, en el que el trabajador se encuentra ante un escenario predecible en un mismo lugar, una misma empresa y un esquema familiar sólido la nueva economía le exige admitir que todo es inconstante, que el mundo es variable, así como el trabajo y las relaciones personales que en este nuevo marco socioeconómico se producen. Y en consecuencia, si todo es ahora “inestable” la pregunta es cómo adquirir compromisos en el ámbito laboral o familiar si nada permanece y todo está sujeto a cambio. En consecuencia, se produce la corrosión del carácter que da título al ensayo de Sennett que se configura como resultado de ese nuevo capitalismo en el que el hombre tiene dificultades para establecerse con ciertas garantías de permanencia y solidez si su expectativa laboral el absolutamente imprevisible e inestable.

Una vez presentada la tesis principal del texto, fueron varias las objeciones que entre todos pusimos a esta corrosión del carácter. En primer lugar porque como Cayo apuntó tampoco el mundo estable que defiende Sennett fue tal y siempre los distintos sistemas económicos tanto en Europa como en EE.UU han necesitado de la adaptación del trabajador y la reformulación de sus circunstancias laborales y personales. Si bien es cierto que a partir de los años 70 del siglo pasado se produjeron cambios sustanciales –crisis del petróleo y desarrollo del potencial económico asiático- que afectaron profundamente a la economía mundial y a su nueva formulación, no es menos verdad que ese mundo estable tampoco existió antes de esa fecha. La necesidad del hombre de adaptarse a lo que venga, las difíciles respuestas vitales que para todos los trabajadores tiene el hecho de que no existe estabilidad laboral y sin esa estabilidad no se puede construir vida ni identidad son constantes en las relaciones socioeconómicas desde el fin de la Edad Media, de forma que, como pudimos comentar ayer, hay que admitir que el mundo es muy muy complejo, difícil de entender, de gobernar, de vender, y eso provoca que en las distintas etapas de forma constante se sienta esa quiebra del modelo imperante en cada memento.

Algunas voces subrayaron la desmoralización que la lectura de este ensayo provoca en los lectores más jóvenes, que ven difícil su acceso a un mundo laboral “estable” que les proporcione una vida firme en sociedad, y frente e ellas, Cayo admitió su optimismo en un futuro que sí, es cambiante y no siempre predecible y previsible, pero en el que es posible desarrollar las capacidades laborales y personales de cada uno como individuo.

Una buena tarde con un texto distinto pero igualmente interesante, en el que todos reflexionamos acerca del mundo en que nos ha tocado vivir y acerca de nuestras expectativas de realización como seres útiles y válidos en nuestra sociedad. Gracias finalmente a Cayo Sastre, que nos propuso esta lectura sugerente y provocadora.

Otra información:

Cayó nos habló también de Zygmunt Bauman y la modernidad líquida (ejemplar en la Biblioteca Reina Sofía)

Mencionó:

Los naúfragos del Batavia de Simon Leys, donde el autor cuenta como lo peor puede llegar después de las catástrofes.

Solo en la bolera de Robert D. Putnam (ejemplar en la Biblioteca del Campus Delibes)