Apabullante silencio extranjero. Fernando Fonseca


Lunes 25 de abril de  2016

El club
de Lectura “Con mucho gusto”, tuvo el viernes día 22 de abril un nuevo
encuentro pero con características distintas, ya que varios componentes de
clubes de lectura de la ciudad de Oviedo organizados por Chelo Veiga nos visitaron
en la Biblioteca Reina Sofía. Este grupo de lectores asturiano eligió la obra a
comentar y a su autor, también presente en la sesión; se trata de la novela Apabullante silencio extranjero, de
Fernando Fonseca (Pez de Plata, 2014).

Apabullante silencio extranjero

           Podemos
decir que en esta ocasión el invitado fue múltiple, pues todos los integrantes
de Oviedo, con Chelo a la cabeza junto al escritor Fernando Fonseca se
acercaron a Valladolid para compartir las impresiones de Apabullante silencio extranjero. Después de las presentaciones,
Chelo introdujo al escritor y su obra y pronto le cedió la palabra para de
nuevo en nuestro club de lectura oír al autor del libro a comentar.

           Fernando
Fonseca es un escritor con oficio, un artesano del lenguaje, persona sincera y
cercana que con esta novela consolida una ya extensa carrera literaria. Apabullante silencio extranjero es una
rara avis en el panorama de las
letras españolas en los tiempos actuales, pues lejos de modas y referentes
mediáticos, su prosa se mueve entre la orfebrería lingüística y la ficción
poderosa a caballo entre cierto realismo y toques mágicos. El asunto de libro
es también poderoso bajo su aparente sencillez: Verbo Paulatino, trabajador de
mediana edad con una triste vida, es despedido de su empresa; a partir de este
momento su vida pasa a ser la del cesante que con todo el tiempo del día tiene
que descubrir nuevas maneras de llenar su existencia. Y de esta forma
descubrirá que ciudadanos como él se siguen unos a otros a escondidas, en una
interminable fila de seguidores y seguidos. De la mano de su amiga María Salesa
emprenderá el negocio más extraño y no por ello menos necesario en estos
tiempos como es una tienda de palabras, La Palabrería. Verbo Paulatino,
consciente de la pérdida de palabras que caen en desuso y olvido, y sabedor de
la dificultad de encontrar las palabras precisas en determinados momentos de la
vida, crea La máquina de la Ilusión y el
Albedrío
, que le suministra las palabras necesarias en cada circunstancia. En
épocas como la actual en la que debido a factores históricos -y en gran medida
tecnológicos- la palabra se pierde el declive de nuestra lengua es evidente,
tanto en su manifestación escrita como oral. Por ello, el asunto de la novela
es de más calado de lo que aparentemente pueda parecer, derivando hacia cierto
fondo existencial y filosófico.

           Con este
argumento es fácil comprender la sorpresa que los participantes de la sesión
manifestaron ante el texto, puesto que a una primera parte más ralentizada y
verosímil, le sigue la creación de La Palabrería y su funcionamiento en casos
concretos de clientes que allí acuden en busca de palabras, de carácter
surrealista y entroncado con cierto realismo mágico. Además, toda la acción
tiene lugar en Ciudad Ajada, trasunto literario de la ciudad de Oviedo, que los
lectores de dicha ciudad reconoce en sus calles, plazas, lugares públicos,
etc., pero dotada aquí de un nueva mirada de su zona antigua, muy bien descrita
y original, difícil teniendo en cuenta que la ciudad asturiana es una de las
más literarias de cuantas se han descrito en la literatura española.

           Se trata de
un texto peculiar en su fondo y perfecto en su forma, pues por encima de los
avatares de Verbo Paulatino y del resto de personajes, subyace en la novela una
elaboración del lenguaje precisa, directa, culta y muy elaborada. Los
participantes tuvieron la oportunidad de charlar con Fernando Fonseca y
plantearle algunas cuestiones acerca de la elaboración de la novela, de su
forma de escribir y todas aquellas curiosidades que tienen que ver con
capítulos concretos de la obra.

           Apabullante silencio extranjero se
presentó ante nosotros como un texto insólito, tanto en su forma como en su
fondo, con una prosa fluida y algo arcaizante, con las páginas justas, preciso
en su brevedad que logra sorprender precisamente por eso, por lo llamativo de
la propuesta literaria que aporta. Además, en una edición sumamente cuidada con
una ilustración original para la novela del artista asturiano José Paredes.

           Gracias por
ello a Fernando Fonseca por su generosidad al venir a Valladolid a enfrentarse
a sus lectores, y un agradecimiento muy sincero a Chelo Veiga y todo el grupo
de lectura de Oviedo que nos acompañaron por tierras castellanas leyendo al
unísono letras asturianas.