Jueves 12 de marzo de 2020
En la tarde de ayer nos
reunimos los participantes del Club de Lectura “Con mucho gusto”, de la
Biblioteca Reina Sofía, para celebrar una nueva sesión de lectura, en esta
ocasión de Las ciudades invisibles,
de Italo Calvino (Editorial Einaudi, 1972).
Las ciudades invisibles
Marta Blanco fue la
invitada encargada de elegir y presentar Las
ciudades invisibles, de Ítalo Calvino. Arquitecto de formación y creativa
por vocación, ha sabido combinar ambas a partes iguales, con proyectos también
dentro del mundo textil o con talleres de arquitectura para niños (La casuca
del árbol). Marta señaló que, desde su primer año en Arquitectura, en la que
era lectura de la asignatura Análisis de formas, este libro de Calvino le ha
acompañado siempre como texto sumamente sugerente e inspirador para su
actividad profesional y creativa.
Italo Calvino (1923-1985)
es una de las figuras centrales de las letras y del pensamiento del siglo XX,
autor de una numerosa obra reflejada en novela, cuento y ensayo. Con Las ciudades invisibles, Calvino pone a
prueba las posibilidades de la palabra escrita al convertir a Marco Polo en
narrador para el emperador de los tártaros, Kublai Khan, de las ciudades de su
imperio. En total se describen 50 ciudades que solo tienen existencia en la
palabra del narrador, Marco Polo, puesto que son ciudades inexistentes e
imposibles. Se trata de un libro original y extraño, que oscila entre lo
fantástico y lo onírico cuyo centro es la ciudad y, sobre todo, sus gentes. Calvino
señaló en la Nota Preliminar incorporada en ediciones recientes del texto y
derivada de una conferencia pronunciada el 29 de marzo de 1983, que la
escritura de esta obra le llevó varios años, por lo que el proyecto inicial fue
cambiando y estructurándose de acuerdo a los relatos enmarcados propios de la
literatura medieval –de hecho cita Las
mil y una noches como referente estructural-, y cuya premisa final se puede
resumir citando sus palabras: “Las ciudades invisibles son un sueño que nace
del corazón de las ciudades invivibles”.
Cada uno de los 9
capítulos de los que se compone esta colección de textos se inicia con la
conversación de Marco Polo con el emperador Khan; a continuación, se insertan
los distintos relatos de las ciudades imaginarias, todas con nombre femenino y
muy distintas entre sí. La descripción de las diferentes ciudades comporta una
metáfora de la esencia humana y de su comportamiento, por lo que el texto
contiene no sólo ciudades, sino el alma de las mismas. Por esta razón, Las ciudades invisibles se presenta como
un extraño artefacto literario para decir mucho de nosotros mismos por caminos
inverosímiles.
Los miembros del
club de lectura destacaron de forma coincidente la prosa sencilla y muy bien
elaborada del libro, pero tuvieron más reparos a la hora de valorar su
contenido y significado último. La obra pareció difícil, para leer a intervalos
y no de un tirón, y aunque original, extraña. Al carecer de un hilo conductor
que estructure un argumento concreto y seguido, el libro no consiguió suscitar
más que cierta curiosidad, pero no entusiasmo. Y aun con todo, su lectura nos
llevó a comentar las ciudades actuales e incluso los viajes que realizamos a
ellas. Puesto que cada ciudad es distinta para cada habitante y también para
cada turista que la visita, el libro de Calvino habría que entenderlo como la
percepción, a partir de su experiencia en las ciudades por las que ha
transitado, tanto de su arquitectura como de su alma, llevada a la metafórica
construcción de las ciudades invisibles.
Con esta nueva
lectura renovamos nuestro afán por conocer, leer y compartir textos fuera de
modas o listas de éxitos, que sin duda enriquecen y, sobre todo, incentivan la
puesta en común que persigue un club de lectura. Gracias a Marta porque con su
elección avanzamos en el amplio mundo de las posibilidades de la palabra
literaria.