Punto de mira. Luis Torrecilla


Jueves 19 de diciembre 2015

El Club
de Lectura “Con mucho gusto”, con sede en la Biblioteca Reina Sofía celebró
ayer una sesión con un nuevo libro para comentar: Punto de mira, de Luis Torrecilla Hernández (Eridé ediciones,
2014).  

Punto de mira  

En esta ocasión, el encuentro de lectores tuvo un formato
distinto, porque no sólo vino el autor de la novela, Luis Torrecilla, sino que
para presentarlo contamos con otro invitado, David Acebes, de manera que
tuvimos el lujo de contar con dos invitados en la sesión.

David Acebes es un joven vallisoletano difícil de presentar
porque es muchas cosas: funcionario de Hacienda, poeta, escritor, humanista… en
definitiva, es una persona inquieta que participa y se implica en numerosas
manifestaciones de la cultura. Él fue el encargado de elegir –y de traer al
autor- la novela que ayer comentamos: Punto
de mira
. Desde sus primeras palabras se hizo evidente su pasión por esta
joya literaria, de la que con maestría y conocimiento desgranó los principales
valores. Su intervención comenzó con la presentación de Luis Torrecilla
Hernández, nacido en el pueblo zamorano de Cañizal pero muy vallisoletano,
pedagogo y docente, y autor de una extensa obra que David dividió en dos
partes: la primera constituida por 9 libros de divulgación histórica y
pedagógica y una segunda más literaria comenzada con el libro que llevó al club
de lectura, Punto de Mira.

David fue desgranado en la presentación esos valores de la
novela a los que antes aludía y por lo cuales se declaraba un auténtico “fan”
de la misma: primero porque es muy castellana, segundo porque es muy lírica, y
en tercero porque es política. No es este el lugar para desvelar las
características de cada uno de estos tres rasgos fundamentales de la novela, que
David describió con deleite y buena literatura, y sí para sintetizar qué es Punto de Mira.

El autor al tomar la palabra agradeció y confirmó lo dicho
por su presentador, y se prestó a aclarar cuantas cuestiones la novela nos
hubieran suscitado. Y es que esta obra es una rara avis en el panorama
de las letras españolas de nuestros días, y se presenta como un ejemplo del
conocimiento histórico y la erudición léxica y formal, además de literaria. En
ella se relata los diversos encuentros, desencuentros, devaneos y problemas con
los que se va topando un agrimensor en su camino y estancia en el pueblo de
Peralta en 1768. Con este breve resumen de su trama, Torrecilla construye todo
un fresco histórico y social de una España rural envilecida y hostigada por múltiples
acosos, tanto políticos como sobre todo religiosos y morales que cercenan la vida
diaria de los hombres y mujeres de entonces. Con este planteamiento, y con la
justificación de su título, alusivo al punto de mira en el que dicha situación
sitúa a todos los habitantes de esa Castilla rural, tuvo lugar un intercambio
enriquecedor de ideas y opiniones.

La mayoría de los allí presentes reconocimos la maestría
literaria de la novela, ya que es asombroso el acopio y buen uso del español
del siglo XVIII, con resabios rurales, que no resulta en sus páginas ni
artificial ni sobrecargado. Además, la obra se puede leer como un fresco
histórico, pues la historia, nuestra historia, está ahí plasmada, tanto en sus
grandes cuestiones, como la construcción del Canal de Castilla, como en su
entorno más íntimo, en el asistir a la cotidianeidad de los vecinos de Peralta,
con sus intrigas y rumores y con un asesinato que proporciona la trama
literaria a todo el conjunto.

Por otro lado, algunos de los intervinientes señalaron la
pobreza moral y sobre todo material que la novela trasluce, y como sucede en
tantas ocasiones, la pusieron en comparación con lo que sucedía no hace tantas
décadas en España. Con ello, quedó demostrado que esta obra tiene muchas capas
de lectura, desde la histórica hasta la de la denuncia al poder religioso de la
época, salpicado en muchos momentos por cuestiones más íntimas de los
principales personajes que tienen que ver con el sexo, o el miedo constante a
estar “en el punto de mira”. Dato curioso es también el final literario de la
obra, en cierto modo abierto para el lector.

A lo largo del comentario de las páginas de Punto de mira pudimos comprobar que ante
su autor estamos ante un erudito de la historia y un apasionado de la
literatura, y por ello, el resultado no ha defraudado, ya que Punto de mira es magnífica en su
contenido y asombrosa en su forma. Conocimos de esta forma una nueva propuesta
literaria  sumamente atractiva, culta,
que exige un lector activo, y que derrocha placer del bueno en cada página.

Mucho más se dijo, pues la obra da para ello, pero quede aquí
la invitación a su lectura. Gracias a David, por presentarnos obra y autor, y
gracias a Luis Torrecilla y su Punto de
mira
, por enseñarnos lo que con el buen uso de la palabra y el conocimiento
histórico ha sido capaz de crear.

Luis Torrecilla, que aprovechó para firmas ejemplares de su obra, junto a David Acebes

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