La hoja del ginkgo biloba. Miguel Rojo

Jueves 7 de mayo de 2015

El curso
va pasando y los encuentros del Club de Lectura “Con mucho gusto”, con sede en
la Biblioteca Reina Sofía, avanzan hacia el final de su tercera edición. Ayer
el libro a comentar fue La hoja del
ginkgo biloba
, de Miguel Rojo (Ed. Difácil, 2010).  

La hoja del ginkgo biloba

En esta nueva sesión literaria
contamos con la presencia de César Sanz, creador y alma máter de la editorial
Difácil de Valladolid, que fue el encargado de seleccionar y presentar La hoja del ginkgo biloba, del asturiano
Miguel Rojo. En esta ocasión es justo emplear unas palabras para señalar que es
la primera vez que acude un editor como invitado, y era necesario por cuanto ya
han pasado escritores y lectores varios, así como profesionales de otros
ámbitos, pero nunca un editor nos había mostrado el punto de vista de la
situación literaria actual, una mirada también desde el otro lado de la
barrera. De esta forma, un club de lectura se presenta como un lugar idóneo
para conocer no sólo un escritor desconocido para la mayoría, sino también para
descubrir, para casi todos, una editorial que siendo de Castilla y León, no ha
contado con la suficiente visibilidad. Las dos esferas fueron atendidas, y
tanto el libro a comentar como la encomiable labor de César al frente de
Difácil nos fueron presentadas en la tarde de ayer.

César Sánz cuenta en Difácil con un
catálogo de gran calidad, debido en gran parte a su implicación en la
selección, enmienda y resultado de aquello que publica. Y en el caso de Miguel
Rojo y su Hoja del ginkgo biloba,
publicado en 2010 en Difácil, esta premisa se confirma. Aun siendo un autor muy
reconocido en Asturias, su obra no es tan conocida aquí, por lo que la lectura
y comentario de su libro nos mostró un escritor al que sin duda seguir la
pista.

Entrando ya en el terreno puramente
literario, es difícil sintetizar lo que es La
hoja del ginkgo biloba
, ya que ni su clasificación genérica es precisa. Se
trata de una “novela de cuentos”, un texto de 158 páginas y nueve historias, a
las que precede un breve cuento chino titulado La hoja del ginkgo biloba. Sin embargo, esas nueve historias -que tienen
sentido de forma independiente y en desorden-, mantienen una relación, leídas
tal y como aparecen en el libro, a veces muy sutil, otras más evidente, que las
enlaza en un entramado vital cuyo hilo conductor es el azar. Bajo este armazón unos
cuentos y otros se entrecruzan y allí donde acaba uno se desencadena el otro, a
través de anécdotas, aparentemente cotidianas, presididas por eso que llamamos
casualidad. Esta estructura narrativa permite a Miguel Rojo introducir distintos
argumentos y también diferentes personajes, que son espejo y reflejo del mundo
real, caracteres de ficción cotidianos en los que hay niños, adolescentes,
personas comunes del entorno rural, prostitutas, emigrantes y una amplia
galería de tipos de distintas edades y sexo. Maestría supone que dichos
personajes estén perfectamente definidos con pocos rasgos, pues el relato como
género no admite extensión, y sean identificables en la descripción de sus
acciones y sentimientos. En este sentido, es sorprendente la capacidad por
parte del autor de elegir aquellas anécdotas y rasgos de cada uno de ellos para
que el lector los conozca y entienda su reacción al asumir las consecuencias de
lo que aparentemente sólo son hechos diarios, que sin embargo, desencadenan una
serie de acontecimientos fundamentales en la vida de ellos mismos y de otros.

En cuanto a la forma, cada historia
de las nueve que componen el conjunto está narrada por una voz diferente con un
despliegue completo de todas las posibilidades de focalización, y esta variedad
de puntos de vista otorga al texto una dificultad técnica verdaderamente
significativa que, por el contrario, es imperceptible por parte del lector,
como corresponde a un buen narrador. Añadir que desde el punto de vista léxico,
la obra de Miguel Rojo recupera el habla del ámbito rural de la zona de León, y
se despliega seria o vulgar de acuerdo a una polifonía perfectamente
conseguida.

Presentada la obra, los participantes
comentaron los elementos más interesantes de los relatos que integran La hoja del ginkgo biloba. Fue unánime la
opinión al destacar los temas fundamentales que sustentan el texto: el azar, la
infancia, las relaciones humanas, la recuperación de la memoria y el mundo
rural. También se señalaron aciertos que tienen que ver con los personajes,
dotados de agilidad y frescura, y especialmente se alabó la recuperación del
mundo rural a través de las acciones y del lenguaje, entendido como una
necesaria recuperación de la memoria rural que poco a poco se va perdiendo (en
este caso, zona rural de León, con la que el autor mantiene relación desde la
infancia).

Como señala el propio editor “en esta
obra que nos habla de la gente sencilla y su vida cotidiana, todo es verdad,
sorprendentemente real, porque verdadera es siempre la gran literatura cuando
desnuda el alma humana”. Y eso exactamente es lo que hace Miguel Rojo en La hoja del ginkgo biloba, acercarnos a
un pasado real aunque probablemente olvidado, donde el ser humano se somete al
azar que gobierna toda existencia humana. Feliz encuentro con esta obra, con
Difácil y con César Sanz, al que agradecemos la labor de divulgación de nuestra
buena literatura.

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